http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4288280 y la prueba del delito:
Crónica de la jornada.
Todo empezada con un madrugón de la ostia, ya que teníamos que levantarnos a las 5:00 de la mañana, ya que Carlos y yo, habíamos quedado a la 6:00, para llegar holgados de tiempo. Yo prefiero llegar antes, porque mis experiencias de llegar justo de tiempo no han sido buenas.
Llegamos a Boadilla a las 6:30, para preparar las bicis, vestirnos, coger todo y que no se nos olvidara nada. Se preveía un buen día, pero los cambios de temperatura iban a ser el principal problema de la jornada. Yo iba preparado, ya que llevaba chaqueta de entretiempo con térmica para los 2ºC del comienzo y maillot corto para los 20ºC de después ed comer. Una mochilita iba a ser mi salvavidas para la jornada. En el Soplao del año pasado aprendí que hay que ser autónomo y llevar ropa de cambio o la puedes cagar. Por llevar eché hasta el chubasquero. En fin los compañeros fueron llegando a la salida y el capitán nos repartió el rutómetro y el carnet para ir sellando en los pasos de la jornada.
La salida de noche, así que hubo que montar las luces delantera y trasera, y ponernos un chaleco reflectante, ya que quedaría uns hora de recorrido de noche. Iban a ser los momentos de mayor frío. Llevé las manos heladas durante las 2 primeras horas, porque cometí el error de llevarme unos guantes de entretiempo y con una sensación térmica por debajo de 0ºC no iba a ser suficiente. Pero de todo se aprende.
Salimos a las hora prevista, ¡buenos unos minutos más tarde por algún rezagado que ya tiene fama en el grupo!. ERan las 7:08 minutos cuando nos poníamos en marcha los 10 valientes. Los primeros kms iban a estar caracterizados por el frío que se acrecentó más al amanecer y al paso junto al río por la carretera de los pantanos. A partir de aquí de iban a ir encadenando los pueblos de paso que serían los que os pongo en la tabla.
Para la ocasión estrenaba mi híbrida con cuadro Vitus (aportación de mi amigo el Funy), manillar plano, manetas de cambio de montaña y triple plato. Como cuenta estoy utilizando mi Gps antiguo, una Etrex Vista HCX de Garmin. La podéis ver en una paradita junto al pueblo de Cebolla.
El día amaneció despejado, lo que ya era un logro, viendo los días revoltosos anteriores, sobre todo con un viento reinante que ponía los pelos de punta. Los Dioses nos eran propicios y el viento además de suave nos fue favorable hasta Talavera de la Reina, lo cual siempre ayuda.
Carlos iba sobrado. La experiencia del anterior 200 kms, le daba confianza para saber hasta donde podía llegar. Según pasabas los kms, iban apareciendo las molestias típicas: dolor de culo, alguna rozadura, cansancio, que pasados los 100 kms empiezan a hacerte pensar y plantearte, ¡ Pero que coño hago yo aquí!. Además de las molestias físicas, aparecieron a la altura de Villamanta una molestias mecánicas en forma de ruidito en la bicicleta de Carlos. Molesto, pero pareció primero un radio flojo y más tarde creímos que el problema podía ser el buje trasero. Ya se sabe la musiquita es incómoda, pero con lo que quedaba por delante no había más opciones que seguir para adelante. Si la cosa se complicaba, acordamos llamar a Andrés para que nos recogiera, pero Carlos insistió en que si el problema persistía yo continuara y acabara por los dos. Continuamos la marcha y el ruido a veces desaparecía o que nos daba cierta confianza.La marcha continuaba, charla con los compañeros, alegría por la subida de temperatura, alguna parada para hacer necesidades primarias y desayuno en Santa Cruz de Retamar. Tras el desayuno continuamos camino.
La marcha continuó, sin más incidencias, hasta llegar a Talavera de la Reina donde tomamos un refresco. Antes en Cebolla en el Mesón Cantarranas habíamos encargado una paellita de la que rendimos buena cuenta.
Ya en el mesón.
Los kms iban pasando y las piernas iban sufriendo el castigo ya propio de la larga distancia y así fueron pasando. Ya por encima de los 200 kms, a la altura de Méntrida, la bici de Carlos no aguanta más. Da la cara, el famoso ruidito en forma de rotura del tirante trasero derecho. Con el cuadro roto es imposible continuar y Carlos se retira. Yo voy por delante y aunque me da voces no le oigo. Paramos más adelante al ver que no viene y los compañeros que le han visto me dicen que ha roto el cuadro y que tiene que abandonar. Me suena el móvil, y me dice que continúe, que Andrés irá a recogerle y que me espera en Boadilla.
En fin, siempre es una pena que un compañero por razones físicas o mecánicas no pueda terminar, pero la carretera es así y decido continuar. Ya quedamos 9 y con untráfico cada vez mayor según nos acercábamos a Madrid, fuimos pasando las poblaciones de Aldea del Fresno y Villamatilla, par parar a comer algo en Sevilla la Nueva. Al salir ya era casi de noche así que encendimos luces, nos pusimos los chalecos, para abordar las últimas luces del día. Momento espectacular donde los haya. En esos momentos es cuando te siente más libre. Y aprendí otra lección, ¡ hay que llevar más ilminación !. es mejor ir Harto, que Falto. Los ultimos 30 kms se hicieron totalmente de noche para llegar a Boadilla y terminar mi primera 300 kms.
En definitiva, salvo por el abandono de Carlos, que se va a resarcir en la próxima, la lectura ha sido positiva: un ambientazo de compañerismo, la preparación había sido suficiente, la Vitus respondió muy bien y sobre todo el cuerpo había respondido positivamente ante este descomunal esfuerzo, que Jose María Benayas y yo hicimos a buen ritmo.
Ya sólo queda pensar en ¡ LA PRÓXIMA !.
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