Este año había cambios significativos. El Kilometraje era mayor, 254 kms, con un desnivel acumulado de 2785 mts. La hora de la quedada era las 22:30 en el pabellón deportivo de la calle Arroyo Mina, desde aquí un poco antes de las 12:00 nos dirigiríamos hasta la Plaza Mayor, donde nos tomaríamos las uvas. Allí nos esperaban los vecinos del pueblo para darnos ánimos, así como su Alcalde y su Concejal de deportes. Tras el ritual adelantado al final de año, saldríamos de la población para afrontar la noche.
Aquí podeis ver las horas aproximadas de paso y las paradas previstas por Fran:
Sólo quedaba continuar y seguir avanzando con más de 130 kms en nuestras piernas. Mi cuerpo seguía aguantando muy bien incluso entrando en alguna que otra escaramuza. En este tipo de marchas comer y beber es fundamental, cosa que hice durante toda la jornada. Además unas sales minerales que estoy probando me sirvieron para escapar de los temidos calambres. Aquí podéis encontrar unos buenos consejos para las rutas de larga distancia.
Estábamos a punto de llegar a la parada sobre el río Záncara. Allí un bocadillo, agua, isotónica y cera para mi Cube. Todo marchaba bien y las averías y los pinchazos me estaban respetando. Había montado la jornada anterior unas cámaras antipinchazos de Specilized. Muchos de los compañeros no tuvieron tanta suerte pinchando, rompiendo cadenas, rotura de luces, etc. Entre tanta gente el menú de problemas era variado, pero nuestra media estaba bastante bien.
Repuestas las fuerzas continuamos camino hacia una de las paradas más importantes del día, la comida que iba a ser sobre las 14:00. Debido a nuestro retraso, hubo que hacerla antes de Belmonte en el pueblo de Villaescusa de Haro en un parque que sirvió perfectamente a nuestros propósitos.Algunos aprovecharon para tumbarse un rato. Yo no quería a arriesgarme a sufrir un bajón, así que aproveché para lavarme un poco, ponerme el maillot limpio,¡ que agustito!, y volver a engrasar a mi Cube. El polvo se merendaba la cera, como un niño un bollicao.
Cómo podéis ver el paisaje a estas alturas del verano estaba muy seco y el polvo fue nuestro peor enemigo. Algunos compañeros fueron muy bien preparados con sus mascarilla, que no me olvidaré en otra ocasión. Sólo hay que ver la bici. Ya tenáimos Belmonte a tiro de piedra. Corría el km 193 y el cuerpo agunataba. Según el perfíl, lo peor había pasado, así que a sufrir un poco y ya lo tenemos. Ya llevábamos un retraso de unas 3 horas. Siempre el tramo después de la comida es el tramo de descuento. Los kms corren a tu favor, y aunque van pasando muy despacio se va acercando el final y eso anima.
Este último tramo tiene su gracia porque atraviesas poblaciones como Mota del Cuervo, El Toboso (pasamos junto a la casa de Dulcinea) o Campo de Criptana emulando al Ingenioso Hidalgo D. Quijote, sobre su fiel cabalgadura Rocinante. Podeis ver los gigantes que intentaron cortarnos el paso, pero les hicimos frente para lograr nuestra meta. Llegar a Alcazar de San Juan sanos y salvos. Allí como siempre el vello de punta por el recibimeinto de la gente al llegar a la Plaza mayor, nuestro punto de partida. Una emoción nos embargaba al haber conseguido nuestra meta y todos decíamos: ¡ el año que viene no !. Así que ya sabeis el año que viene nos vemos en Alcázar.
Y a la llegada una foto con mis compañeros de aventura Kiowa, Tony-cam, René y Pepe. Gracias a todos por vuestra compañía:
Y para acabar un vídeo que demuestra que estuve allí.
Salu2 kudeiro.